viernes, 8 de julio de 2011

“Intervención en la Cultura de las Adicciones” D. David Saavedra Pino. Trabajador Social. Técnico de Prevención de Drogodependencias

¿Realmente existe una “cultura de las adicciones”?Más de una vez hemos escuchado el término “cultura de las adicciones”
asociado al consumo de drogas o de alguna droga en particular. ¿Qué
significado tiene esta afirmación? A lo largo de la historia de la humanidad
el ser humano le ha otorgado diferentes significados a lo que respecta
el consumo de drogas. Muchas veces ligado con hechos históricos
o movimientos culturales. Hemos escuchado que las drogas son tan
antiguas como la humanidad y que nos han acompañado siempre, con
diferentes usos, pero que el hombre hizo un mal uso y un abuso de las
mismas. A través de la historia se ha pasado por diferentes momentos
que han conformado lo que hemos venido denominando “cultura de las
adicciones”. ¿Cuáles han sido esos momentos? ¿Y qué ha significado cada
momento histórico y cultural en el abordaje de las adicciones? ¿Cuáles
serán los movimientos culturales que han de venir?
¿Qué es la CULTURA?
Consideramos cultura como el conjunto de todas las formas, los modelos o
los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula
el comportamiento de las personas que la conforman. ¿El comportamiento
de las personas puede verse influenciado por el uso o las interferencias
que las diferentes drogas hacen sobre ese mismo comportamiento hasta
tal punto de cambiar los patrones culturales y la forma de relacionarse?
Como tal, la cultura, incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas
de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento
y sistemas de creencias. ¿Todos estos elementos son influenciables o
modificables desde el punto de vista del consumo de las drogas o de una
droga en particular?
La sociología y la antropología son dos de las disciplinas que se han encargado
del estudio de la sociedad y por tanto de la cultura. Evidentemente esta búsqueda
del conocimiento y explicación del término cultura y, en el caso
que nos ocupa, de la “cultura de las adicciones” intenta ser una aproximación causala los diversos comportamientos que los colectivos humanosrealizan en torno al consumo de las drogas.
No son pocos los estudios sociológicos que han intentado analizar con
mejor o peor suerte fenómenos como el botellón y otros.
Por lo tanto, hemos desarrollado con nuestras acciones y maneras de
comportarnos alrededor de las drogas un lenguaje, una simbología y una
parafernalia propia de una cultura, y esto lo hemos ido haciendo perdurar
a lo largo del tiempo.
Así términos y conceptos como la “cultura del vino”, la “cultura del
malestar”, la “cultura de la imagen”, “cultura del éxito”, ... se han convertido
en términos familiares.
Sociedad y Cultura
El uso de las drogas con fines euforizantes y psicodélicos es conocido
desde siempre. En todas las culturas se han utilizado sustancias
psicoactivas, con fines religiosos y curativos. Así, médicos e historiadores,
al igual que sociólogos como anteriormente decíamos, han intentado
entender y explicar las causas del consumo de las diferentes drogas.
En la “historia de las adicciones” ha influido la actitud social ante el
consumo de drogas, el papel de los profesionales sanitarios, la postura de
los poderes públicos y su reflejo en la legislación que regula los consumos
de las drogas, los medios de comunicación, la publicidad y desde luego la
red de recursos asistenciales como preventivos.
Así a través del tiempo nuestra cultura ha fomentado todo tipo de adicciones
(al dinero, a la belleza, a la salud, al trabajo, al consumo,…). Muchas
veces determinar cuáles de estas adicciones son socialmente aceptadas
o aceptables y cuáles no, se puede basar en criterios morales más que
científicos. Cabría plantearse la siguiente pregunta ante este dilema: ¿La
prevención y el tratamiento de las adicciones se basa más en criterios
morales a la hora de priorizar las intervenciones o en criterios de daño
sanitario? Podríamos cuestionarnos que si existiera una verdadera cultura
de la salud se intervendría de una manera global contra las amenazas
tóxicas hacia la humanidad(4). Muchas veces asistimos, de alguna manera,
impotentes cuando, como técnicos, destinamos tiempo y esfuerzo a prevenir
conductas adictivas cuando no existe un respaldo unitario hacia
la consecución de políticas activas y efectivas de promoción de la salud.
Es más, también nos encontramos que actualmente, los consumos de
drogas se producen en entornos recreativos y se inician en personas
muy jóvenes, que conscientes de los riesgos del consumo de las drogas,
ignoran las advertencias sobre sus peligros.
Cultura de la Antigüedad
Son múltiples las referencias al alcohol, y en particular al vino, en la Biblia.
Desde Noé, plantando un viñedo y embriagándose en el Génesis, a Jesús
haciendo el milagro de convertir el agua en vino en las bodas de Caná y
posteriormente incorporando el vino como parte del principal rito del
Cristianismo: la Eucaristía(2).
En la antigüedad, se hace referencia al consumo de vino y cerveza
tanto en las escrituras sagradas como en la historia. En el caso de la
Biblia existe una ambivalencia hacia el consumo de bebidas alcohólicas:
por un lado se consideran una bendición divina que provoca alegría y
diversión y por otro, también, un potencial peligro que podían ser usadas
imprudentemente.
En los diferentes periodos de la antigüedad y en las diferentes civilizaciones
se han relacionado con el alcohol de manera diferente: en Asia Menor,
tenemos el vino resinato, con el que bastaban dos o tres copas pequeñas
para casi alucinar; en la India conocían este tipo de bebidas como Sura;
al igual que en el budismo las bebidas alcohólicas no estaban bien vistas,
ya que el santón budista prefiere el cáñamo; mientras que el brahaman
es totalmente cerrado y dice que este tipo de bebidas son el principio
de la incomunicación absoluta; en China y Japón son muy afectos al vino
de arroz; en África es frecuente la elaboración de cervezas elaboradas a
partir de distintos vegetales.
En la expansión del Imperio Romano sucedió la que fue la primera de
las oleadas de alcoholización de la humanidad.
Cultura Tradicional
El alcohol por su tradición e historia está presente en la mayoría de
las diferentes celebraciones, fiestas populares y privadas… no se
puede desligar tan fácilmente el consumo de alcohol con festividades.
Los diferentes momentos históricos han marcado los vaivenes de su
consumo. Desde las malas condiciones laborales de la industrialización
hasta la sociedad post-moderna del consumo, con un marcado carácter
hedonista.
En el caso del consumo de tabaco, desde su descubrimiento y llegada a
España a partir de la segunda mitad del siglo XVI hasta el momento actual
con la regulación del consumo de tabaco en lugares públicos, también
acompañó a la sociedad. El siglo XIX se caracterizó por un incremento del
consumo de tabaco paralelo al crecimiento de la población y de la renta.
En el año 1.929 se publica la primera evidencia científica que relaciona
cáncer y tabaco y en 1.939 se presenta el primer estudio epidemiológico
mundial que corrobora esta relación. Pero aún así no es suficiente para
parar la epidemia del tabaquismo.
Cultura del Vino
Tal como vemos, el vino tiene múltiples referencias en la historia de
la humanidad, como son la agricultura, la gastronomía y las actividades
lúdicas. Estando presente en la mayoría de los acontecimientos históricos
y celebraciones. Hay que suponer que el vino ha supuesto el motor
económico y comercial de muchas civilizaciones.
El intento de regularización del consumo
Recientemente han sido varios los intentos de regular su consumo o al
menos el espacio físico del mismo (consumo de alcohol en la vía pública
o por grupos de jóvenes). Sobre todo en la finalidad o el objeto de estas
normas ha estado presente el proteger la salud de los menores, debido
a que el consumo y abuso de alcohol se ha convertido en un problema
para la salud física, el desarrollo físico, intelectual, personal y familiar(3).
Aunque este intento de regularizar su consumo y prevenir su abuso ha
chocado de frente con los intereses de las compañías vitivinícolas, las
cuales han visto amenazado su modelo de negocio.
Las Drogas como Fenómeno Cultural
El consumo de drogas y los problemas derivados han cambiado
profundamente en los últimos años. Se ha pasado de un consumo de
drogas sectorizado en unos grupos de población determinados (los
“yonkies” en el caso del consumo de heroína, los “yuppies” en el caso del
consumo de cocaína,…) a que el consumo de drogas se haya convertido
en un factor de integración social. Donde la “normalidad” es el consumir
drogas siendo este un factor de exclusión social entre los jóvenes. Desde
luego en la actualidad el consumo de drogas no hace distinciones de
clases sociales, afectando por igual aquellas de poder adquisitivo elevado
como a las más humildes.
Hay que tener hoy en día la variabilidad de los consumos, ya que no
todos son iguales. Debemos diferenciar entre el consumidor esporádico
y el consumidor habitual, atendiendo cada realidad de manera distinta.
También, en esta “normalización” hay que tener en cuenta que no todos los
consumos de drogas llevan asociados un problema de drogodependencia.
Lo que en algunos casos hace que sea más laborioso determinar cuando
un consumo de drogas se convierte en una conducta adictiva, aunque
existan potentes herramientas de detección y diagnóstico.
La idea generalizada entre los jóvenes que todo el mundo consume hace
que hagan suya la idea de que es normal el uso de drogas(6).
Uno de los abordajes que se proponen es reforzar la educación
desde los primeros años de escolarización, acentuar el diálogo entre
la administración y la población civil y aunque en el documento no lo
mencione(6), yo añadiría la coordinación entre los diferentes recursos.
Aún conscientes de la variedad de los consumidores y consumos, los
objetivos deberían de ser que existiera un menor consumo de drogas
y que ese contacto se produjera de manera más tardía y dotar a los
jóvenes (y a las personas en general) para tomar las decisiones acertadas.
Cultura del Botellón
Desde hace ya unos años, el fenómeno del llamado botellón se ha
extendido sobre todo entre la juventud. En el afrontamiento de este
fenómeno se han encontrado las más diversas posturas, desde las
permisivas y tolerantes e incluso justificativas hasta las sancionadoras
y prohibicionistas. Desde luego es innegable los perjuicios que tiene el
consumo de tanta cantidad de alcohol en tan corto espacio de tiempo,
pero también hay que tener en cuenta que el botellón lleva implícito
espacios de socialización, unos rituales muy característicos en cuanto
a conseguir el alcohol, la preparación,… incluso en algunos casos, la
convocatoria usando las nuevas tecnologías como SMS e Internet.
En declaraciones a los medios de comunicación responsables de
las universidades como Carlos Berzosa, rector de la Universidad
Complutense de Madrid, asegura que “el botellón es un problema social
que desborda a la universidad”(1) (Madrid Diario, 02-10-2010).
 Más llamativa fue la postura del rector de la Universidad de A Coruña
que desoyendo al Valedor do Pobo, Benigno López, hizo caso omiso de
sus recomendaciones de abstenerse autorizar nuevos botellones en el
recinto universitario y evitar los que se puedan organizar sin el permiso
correspondiente. En un comunicado público, López califica de «llamativo»
que uno de los argumentos empleados por Barjas para defender este
tipo de celebraciones sea que las mismas son una «manifestación cultural
universitaria». Lo cual da un carácter de manifestación cultural a la
realización del botellón en las aulas universitarias.
La recomendación del Valedor, remitida por el alto comisionado
parlamentario el pasado 23 de junio de 2010, se produjo a raíz de
las celebraciones del mes de marzo anterior, en las que se pudo ver
a estudiantes celebrando fiestas con bebidas alcohólicas en el interior
de las aulas con motivo de la celebración del patrón de la Facultad de
Informática, conocido como «San Pepe». Esta fiesta ha convertido en los
últimos años el campus universitario de Elviña en un «macrobotellón»,
con toneladas de residuos esparcidas por los 8.000 asistentes que, por
ejemplo, se dieron cita este año en La Coruña. La propia organización
de la fiesta anunciaba en marzo su renuncia por la deriva en que había
incurrido la celebración, mientras que el decano de la Facultad de
Informática consideraba «inaceptables» las imágenes de los estudiantes
en las aulas.
Así se ha pasado de la tradición de las romerías populares, donde el motivo
de celebración eran motivos religiosos, gastronómicos (exaltación de un
producto) o turístico…, a convertirse esas manifestaciones culturales en
macrobotellones, donde muchas personas se reúnen casi con el único fin
de beber alcohol, aunque no pierden ese espacio de encuentro.
Cultura Post-ModernaEl post-modernismo se ha caracterizado por una prevalencia del
presentismo y una exaltación de la cultura de la imagen, la importancia
de lo material frente a valores que podríamos clasificar de tradicionales
como la cultura del esfuerzo por conseguir metas y logros, la solidaridad,
etc…
El auge de las nuevas generaciones de jóvenes (y no tan jóvenes)
Las diferentes generaciones de jóvenes no han cambiado mucho en las
últimas décadas, desde la llamada Generación X, que comprende aquellas
personas nacidas en los años 70, caracterizada por vivir sin expectativas,
en una constante apatía, que no se van a revelar ante un futuro nada
acogedor, en el cual los estudios universitarios no son sinónimo de un
futuro mejor. Otras características de esta generación fueron tener
relaciones sexuales antes del matrimonio, no respetar a sus padres o
priorizar la amistad antes que la familia.
Tras la generación X llegó la Generación Y, son los nacidos entre 1982
y 1992, una década marcada por el inicio de la revolución tecnológica
y el crecimiento económico. Esta generación está acostumbrada a un
alto nivel de vida y dispuestos a asumir retos, protagoniza el auge de la
conciencia social y el surgimiento de familias no tradicionales.
Ambos términos son aplicados a nivel internacional para describir a toda
una generación de jóvenes nacida en el mundo occidental y desarrollado.
Pero en España surge una particular generación, son los ni-nis. Jóvenes
españoles que, pese al paso inexorable de los años ni estudian ni trabajan,
agravado por la actual situación económica.
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Los ni-nis engloban a los menores de 34 años inactivos (que ni trabajan
ni buscan trabajo), parados sin empleo anterior -los que nunca han
trabajado pero están buscando trabajo- y, por último, que no cursan
estudios reglados y/o no cursan estudios no reglados (títulos no oficiales).
En resumen, los “ni-nis” serían jóvenes inactivos que no cursan estudios
reglados ni siguen una formación no reglada.
Se cifra en 700.000 los jóvenes que viven casi exclusivamente con el
dinero de sus padres (datos de la EPA, 2009).
Una de las películas en las cuales dicen reflejar los esteriotipos de la Generación
X es “Trainspotting”, todos los personajes que aparecen en la
película presentan algún tipo de adicción, ya sea alcohol, tabaco, valiums,
heroína, etc… Se hace una crítica a la doble moral imperante en la sociedad
donde existen drogas “socialmente aceptadas” y otras “socialmente
despreciables”, drogas “de clase alta” y drogas “de clases baja”.
En general el interés temático de esta generación se centró en la
representación de la conducta de los entonces jóvenes adolescentes, en
sus salidas nocturnas en las grandes ciudades, el uso y abuso de drogas,
del sexo, del alcohol y de la música rock.
La generación Y utiliza las drogas como forma de manifestar sus opiniones
(y porqué no, sus sentimientos) por lo que reivindican su derecho a
consumir alcohol y a experimentar sensaciones nuevas como son el
consumo de drogas, considerando que son dueños de sus vidas y hacen
con ellas lo que quieran, además alardean de eso con sus amigos.
La crisis económica (y porqué no, social) ha multiplicado los Ni-Ni. La
crisis tal vez justifica y les ha dado argumentos a la manera de pensar
de estos jóvenes. Asumen una posición pasiva ante la vida, y ya que no
puedo hacer nada para cambiar mi situación lo mejor es tirarse en el sofá
y fumarse un porro.
Cultura Pro-Legalización Versus Prohibición o RegularizaciónHan surgido muchas voces que aseguran que la legalización de las drogas
acabaría con muchos de los problemas sociales del consumo de estas.
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Uno de los ejemplos que se pone es el fracaso de la prohibición del
consumo de alcohol en los años 20 en los Estados Unidos. Se aduce a
un fracaso de las políticas “prohibicionistas” que limitan los derechos
de los ciudadanos. Entre los motivos que justifican esta postura, sería el
fin del lucrativo negocio del narcotráfico, también la bajada del precio
de las drogas evitando con esto la “necesidad” de traficar o dedicarse
a actividades ilícitas para costear su consumo, garantizar un control de
calidad de las diferentes sustancias-droga, evitar la corrupción política,…
También debemos que tener en cuenta que la regulación del consumo
de ciertas sustancias (en especial tabaco y alcohol) no ha conseguido
impedir el acceso a las poblaciones más vulnerables, en este caso los
menores y que así su consumo ha seguido al alcance de estos, con la
problemática que ello supone.
Conclusiones, Discusión y Propuestas de IntervenciónHemos visto que la cultura de las adicciones y la imagen que la
sociedad ha tenido de las mismas ha variado dependiendo del momento
histórico y económico. Actualmente nos encontramos con un escenario
heterogéneo, donde el consumo de drogas tal vez no ocupa el lugar
predominante en las preocupaciones de la sociedad, pero si está latente
en las problemáticas sociales.
Las expectativas de las generaciones futuras y presentes también pasan
porque no se vean truncadas por el desarrollo de conductas adictivas.
Pero estas conductas adictivas se generarán o no también dependiendo
de las oportunidades que encuentren en el camino, y de la capacidad de
adaptarse a un entorno en continuo cambio y con futuro incierto.
En cuanto a la prevención hay que adaptarse a los nuevos canales de
comunicación, ya que las tradicionales metodologías en los centros
educativos corren el riesgo de quedarse obsoletas y existe la creciente
necesidad de adaptar tanto el lenguaje como el canal de comunicación a las
demandas de los jóvenes (y no tan jóvenes) en un mundo interconectado,
así ya se empieza a hablar de la prevención 2.0.(5).
También, habría que analizar los nuevos escenarios de intervención,
ya que no nos vamos a encontrar con poblaciones definidas y bien
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identificables, sino con situaciones y casuísticas individuales… y lo que
si vamos a encontrar será un escenario apasionante en una sociedad en
continuo cambio y nuevos retos.
REFERENCIAS DE INTERÉS
1.http://www.madridiario.es/2010/Octubre/madrid/madrid/192994/botellon-berzosa-problema-socialsupera-
universidad-ciudad-universitaria-universitarios-jovenes-entr.html
2. http://es.wikipedia.org/wiki/El_alcohol_en_la_Biblia
3. http://www.elcuerpo.es/ley-del-alcohol-item33.php
4.http://periodismohumano.com/sociedad/las-seis-mayores-amenazas-toxicas-para-el-mundo-pobre.
html
5. Prevención 2.0: incorporar las TIC a la prevención de las drogodependencias. http://www.prebentzioa.
edex.es/contenido.asp?pos=1&c=&p=&n=&os=&orden=35
6. La visión de la FAD. Problemas de drogas, aquí y ahora. http://www.fad.es/sala_lectura/LavisiondelaFAD.
pdf
Todas las definiciones y referencias históricas han sido consultadas en la WIKIPEDIA.








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