*Fundamentar la educación en la labor conjunta de los profesionales de la educación y las familias, pero hacerlo desde la practica real, devolviendo la autoridad a los/as maestros/as y profesorado en general, en virtud de la labor educativa que deben ejercer más allá de la puramente formativa.
*Exigir a las familias responsabilidades reales y evaluables en el compromiso de educar a sus hijos/as y hacerlo desde la puesta en marcha de acciones que les permitan ejercer su papel de padres/madres y ser artífices conjuntos de la evolución de sus hijos/as dentro del sistema educativo y en el ámbito social.
*Denunciar la manipulación de las personas, en especial los jóvenes, para evitar que se haga de ellos futuros adictos que consuman lo que sea, pero que consuman sin más.
*Concienciar a la sociedad que el modelo que nos están vendiendo es insostenible y que más pronto que tarde quebrará y lo hará por la parte más débil que en la actualidad son nuestros niños/as y jóvenes. Hay que hacer comprender a todos/as que los medios de comunicación, el poder y las grandes industrias del ocio y el consumo, nos manipulan en beneficio de ellos y de sus interese, olvidándose de las consecuencias que a medio plazo podemos sufrir los individuos a quienes dicen informar, proteger, divertir o ayudar a poseer.
*Reivindicar que la adicción es un trastorno cuya génesis no depende del individuo sin más, que es un trastorno incitado desde el modelo social y mantenido en aras de conseguir que cada día seamos menos libres y dependamos más de otros/otras para sentirnos realizados como personas, aunque sea como “tristes personas”. Por ello, es la propia sociedad y los medios y fuerzas que alimentan esta tragedia de la adicción, los que deben asumir el coste de las consecuencias y exigirles responsabilidad para evitarlos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario